Modos de ver

Hace unos meses leí un artículo de un catedrático de Economía que criticaba la estrategia, difundida por los conservadores y dirigida a las clases menos pudientes, de que, con la crisis, había que “apretarse el cinturón”. Obvio. Los grandes financieros juegan a sus cosas, se lo pasan pipa y de repente la Bolsa y la Banca se echan un gigantesco bufo tóxico. Claro, ahora alguien tiene que apretarse el cinturón: para variar, los que apenas tienen algo y no participaron en la bacanal.

Este catedrático explicaba con muchos pelos y señales lo que yo resumiré, seguramente mal, en pocas palabras, y es que, efectivamente: NO. ¡Que no! No hay que apretarse el cinturón. Hay que gastar. Hay que dejarse todos los billetes, pulírselo todo, comprar, consumir, porque en resumidas cuentas esto es (ha sido, dicen los muy sinvergüenzas, que están otra vez ganando miles de bonus y yo me estoy viendo en 25 años zarpando en patera rumbo a Cuba) una crisis financiera, y el grandísimo peligro es que se convierta en una crisis de la economía real, la no especulativa, la de “me das dos céntimos y te doy una papa”, que nada tiene que ver con los porcentajes bancarios y las fantasmagóricas operaciones de la Bolsa. Ese consumo es preferible que se realice de la manera más directa posible, transacciones de comercio simple, y que no generen plusvalía. Ergo, nos lo gastamos todo en papas, o en raciones de ensaladilla, nos comemos las papas (las usamos hasta que no se puedan usar más) y vitalizamos los mercados sin generar burbujas tóxicas y activos que exploten... qué cosas tan raras.

Bien, pues se acercan las Navidades y estoy seguro de que los que tengan algo se lo van a gastar igualmente en regalos, lo diga el señor catedrático o no. Por ello, les inserto aquí un pequeño espacio de publicidad:

“Modos de ver” de John Berger. El libro que todo ciudadano debe leer (Al menos sí que el libro que todo ciudadano puede leer, porque es muy sencillo). Un excelente regalo de navidad, fundamental para hacerse una idea de las intenciones de las imágenes que nos rodean, desde sus orígenes hasta hoy, pues mezcla referentes antiquísimos de la historia de la pintura con anuncios y estrategias visuales contemporáneas. Lo mejor es cómo está escrito, haciendo muy fácil cosas muy difíciles, con ejemplos prácticos que desatan las discusiones estéticas más complejas, elaboradas e irresueltas. Existe también una serie que dirigió bajo el mismo título para la BBC. No tengo el libro a mano, pero Berger insta al lector a juegos tan simples como éste, haciendo chocar contenidos conceptuales con formas sensibles concretas.

“Mire esta obra (la imagen de arriba) Se trata de “Campo de trigo con cuervos”, una de las pinturas más intensas y famosas de Van Gogh. Haga una pausa. Mire la obra de nuevo.

Justo al terminar “Campo de trigo con cuervos “, en ese mismo lugar, Van Gogh se disparó con una pistola en el pecho y murió días más tarde. Observe ahora la imagen”