sábado, 14 de noviembre de 2009

Realpolitik


Hoy quisiera comentar un asunto político que creo que no se ha sabido apreciar en toda su magnitud; la figura y el papel de Elrond durante la Guerra del Anillo, y muy en especial su relación con Aragorn.

Se ha dicho que Elrond se lavó las manos en el conflicto del Anillo, escudándose en su desconfianza hacia los Hombres, fruto del desengaño que le produjo la traición y posterior caída de Isildur. Para los que no estén muy al loro del panorama, un pequeño resumen:

Isildur y Elrond combatieron juntos a Sauron en la Guerra de la Última Alianza (alianza entre elfos y hombres), muchos años antes de que Frodo y sus amigos comenzasen sus andanzas. Isildur, que derrotó a Sauron cortándole el dedo y apoderándose del Anillo Único, no fue capaz de destruirlo por completo arrojándolo al fuego del Monte del Destino. Su ambición se convirtió en su mayor flaqueza; poco más tarde sería emboscado y el Anillo se perdería cientos de años, antes de aparecer por última vez.

“Men are weak” repetía Elrond con amargura y una nota de desprecio. Y estaba claro que esta nueva guerra, la Guerra del Anillo, era causa y consecuencia de los Hombres. Los elfos marchaban ya en sus barcos desde los Puertos Grises y dejaban la Tierra Media, que tanto dolor les había provocado.

Esta es la versión oficial de la historia. Pero ya sabemos quién escribe la historia y conviene puntualizar algunas intervenciones de este semielfo, intervenciones quizás no demasiado mediáticas pero sumamente significativas, que dieron la vuelta completa al panorama bélico. Elrond, superviviente de épocas pasadas, y dotado de vida eterna (a su lado Gandalf o Saruman eran unos críos) se convierte durante la Guerra del Anillo en un estratega político fundamental en la lucha para la liberación de la Tierra Media. Sin embargo, se nos hace muy oscuro adivinar sus intenciones reales.

En un principio, al descubrirse el paradero del Anillo, Elrond se cierra en banda. Cierto es que organiza en su casa de Rivendel el cónclave en el cual se decide qué hacer frente a la amenaza que nace en el Este, pero en sus intervenciones es tremendamente solipsista y cauto. Los elfos no van a ir la Guerra. Sus naves aguardan para marchar a la patria. Mal que bien, la Comunidad del Anillo, un remiendo más que una airosa solución, se configura en esta reunión y comienza la historia que todos conocemos.

Elrond es el padre de Arwen. Y Arwen (en la película, la hermosa Liv Tyler, hija de Steven Tyler, que, al parecer, desmiente que vaya a dejar Aerosmith) es la prometida de Aragorn, el heredero legítimo de Isildur, que hasta entonces lleva una vida misteriosa de montaraz. Alejado de la corte, se avergüenza de la sangre que fluye en sus venas. Estos fuertes vínculos personales hacen que Elrond no pueda dejar de mostrarse parcial y partidista a la hora de ejercer sus funciones como mandatario, lo que le convertirá más tarde, cuando los hechos se abismen hacia la Hecatombe, en un auténtico maestro de la realpolitik, practicando un programa político pragmatista que, pese a sus deslices de ética, acaba por hacer vencer a los Pueblos Libres.

Creo, personalmente (y me gustaría discutir este punto con ustedes), que Elrond da un giro en su actitud respecto a su papel en la Guerra del Anillo cuando su hija Arwen, contradiciéndole, decide adoptar una vida mortal para unirse con Aragorn. Este episodio muchas veces se solapa tras la interpretación romántica, sin duda muy bella, (el amor de pareja que se enfrenta a la muerte) pero no se suele enfocar desde el punto de vista del compromiso político de Arwen. Ella no consiente que los elfos dejen a su suerte el devenir de la Tierra Media y exige una intervención clara de éstos en la contienda junto a los humanos.

Elrond ve a Aragorn con buenos ojos por un lado, su corazón es noble, pero por otro lado considera un craso error este enlace. La sangre de los Gondorianos es débil, Aragorn lo sabe y por ello renuncia a su corona. Además es mortal y en esos precisos instantes, cuando Arwen desobedece a su padre, Aragorn tiene pocas probabilidades de vencer en esta peligrosísima campaña, donde Mordor es tan poderoso y los humanos están más divididos que nunca.

Elrond sopesa la situación. Decide entonces, firmemente pero con pesadumbre, que Aragorn debe ser de nuevo el Rey de Gondor. Para ello inventa un arma política fundamental: la re-forja Narsil, a la que bautiza ahora como Andúril. Mucho más que una espada, se trata de una auténtica transfiguración: la misma espada que cortó el dedo de Sauron es vuelta a ensamblar y cedida al heredero de su antiguo poseedor, pero con otro nombre. ¿No estaba claro para Elrond que la batalla estaba perdida desde el principio y que la hora de la partida de los elfos había llegado? ¿Era tal su desprecio e irresponsabilidad hacia los pueblos de la Tierra Media, que sólo cuando su hija está en peligro, decide intervenir? ¿Por qué no forjó Andúril antes y la ofreció al heredero, al cual conocía y apreciaba? ¿Para evitar enfrentamientos con Denethor, senecal de Gondor? Es probable. Al menos es la hipótesis que barajan la mayoría de los historiadores y expertos.

La espada, en sí, es sólo una pura voluntad de poder. Al ofrecerla a Aragorn, cuando éste se encuentra ya preparando la marcha hacia la batalla clave de la Guerra, en los llanos del Pelennor, lo exhorta, le ordena, le obliga a autoproclamarse Rey, desde ya, si quiere tener alguna posibilidad de salir con vida. Le dice:

-Tú tienes que dejarte de boberías, ya, de estar escondiéndote debajo de la capucha, achantao, peleándote con los orcos pero huyendo de los ojos de Gondor, y reclamar lo que es tuyo. Si no haces eso, aquí van a haber hostias para todo el mundo. Para ti y también para mi hija, que se ha emperrado contigo y no me hace caso. Ahora mismo coges y te me vas al Sendero de los Muertos y me convences a los Muertos de que luchen contigo a cambio de liberarlos de su maldición. Tranquilo que no te van a hacer nada. Cuando vean a Andúril se van a cagar por las patas.

-¿Qué dices? ¿Estás loco o qué? ¿Pelear mano a mano con esos tíos? ¿Asesinos, ladrones, traidores? No, mira, eso no va a poder ser. Nosotros con esa chusma no nos juntamos- le replica aquel.

Finalmente Aragorn acepta y consigue convencer al Ejercito de los Muertos, los proscritos y criminales sin los cuales la defensa de Minas Tirith y la batalla de los campos del Pelennor hubiese sido una derrota completa.

Me parece que este episodio, este encuentro privado, casi secreto, entre los dos líderes, corto, seco, en medio de la fría noche del campamento militar, fue totalmente decisivo y ha sido poco valorado en las historiografías del Anillo, que se han centrado más en figuras como Gandalf, después de todo no más que un “líder espiritual” y mensajero, o Frodo, un hobbit integro, pero a merced de las contingencias.

En cualquier caso, para terminar, Elrond se nos aparece como un fino estratega que da el impulso preciso al desarrollo positivo de la campaña contra Sauron, desde una reprobable perspectiva moral y sí muy realpolítica, cuando su propia vida personal se complica y maquina pactos con traidores; sea como sea, lleva a los hombres a la victoria con una acción concreta, puramente simbólica pero tremendamente efectiva. ¿Fue un auténtico cambio de conciencia ético lo que le llevó al fin a apoyar (más bien, crear) el Retorno del Rey? ¿O fue sólo un oportunismo paternalista sentimental, fundado en el miedo? ¿Se avivaron sus ganas de combatir de nuevo a Mordor en el último momento, en honor a aquella Alianza que quedó olvidada tras la flaqueza de Isildur? ¿O sólo construyó un plan tutelar para ahorrarle sufrimientos a su hija?

Elrond asiste a la coronación de Aragorn al final de la Guerra. Le lleva de la mano a Arwen, casi como si se tratase de un presente elegido por él mismo. Después, como estaba planeado, parte a las Tierras Imperecederas.

3 comentarios:

palanca dijo...

No sería la primera vez que Elrond hiciera gala de ese pragmatismo áspero. Su desconfianza hacia los hombres va más allá de la mera leyenda, ya que, años antes,en otras coordenadas, hablando con Neo, dejó bien clara la repugnancia que la causaba la especie humana. En aquella ocasión, transmutado en el agente Smith, habló del humano como virus, como alimaña que debía ser eliminada. Quizás al comprobar que su hija se decidía firmemente en pro del humano (o al menos del humano de raza blanca y rabo rosado -porque el carácter seminazi de la saga conocida como "El Señor de los Anillos" está fuera de duda-) cambió de opinión. Sea como sea, no puedo más que pensar que Elrond efectivamente dio un giro ("Kehre") pero del mismo cariz que el quiebro de cintura de Hitler cuando decide romper el pacto Ribbentrop-Molotov y atacar a Rusia.

Por lo demás, yo siempre fui de los de Sauron, que aglutinaba en sus huestes a moros y negros. No lo olvidemos. Tolkien era meganazi. Y el estreno de la peli coincide con la Guerra de Irak. No creo que sea coincidencia. Yo estoy con Saurón. Con Sauro Torón. Y con Chávez y Fidel. Por mí a Elrond le pueden dar mucho por el culo.

capitancaldera dijo...

Supongo que tiene mucho que ver con el hecho de que Elrond fuera una combinación de razas (por lo de medio-Elfo). Desde mi punto de vista, con todos los conocimientos sobre el señor de los anillos que profeso, que se reducen a la lectura del post de Jose y la visión decepcinante de la primera parte en el cine de Alcampo, es comprensible que desconfiara de los humanos. Yo también lo haría y sin que me hubieran decepcionado antes.
Si la cosa va de ver al personaje como naturalmente maligno, yo me remitiría a su anterior papel como protector de un mundo imaginario también frente a una humanidad a la que se le impide conocer su verdad en Matrix (Larry y Andy Wachowski, 1999)
ruben

José Otero dijo...

¿Tolkien racista? Si alguien sabe de racismo en este planeta, esos son los sudafricanos blancos del apartheid, muy en especial los afrikaans, que consideraban a los colonos ingleses auténticas nenazas. No se si Tolkien era afrikaan o inglés sudafricano, supongo que lo último, pero todos los Pueblos Libres tienen los ojos claros, y los malandrines negros y marrones, color mierda, como los tengo yo.

Ahora, no me negarás que en la Tierra Media hay un problema muy serio de violencia, por ambas partes, que yo no sabría cómo atajar en primer momento. Ríete tu de Caracas, donde hay un muerto por arma de fuego cada 20 min. Desde luego que es fruto de la falta de mínimos indispensables y la brutalidad del contexto social. Es un trabajo de base, bildung, pero es difícil de articular en un ambiente con un tejido infraestructural tan destruido. Los orcos se comen a la gente. Les montas escuelas y hospitales y se papean a los trabajadores. No se qué pueblo de la Tierra Media podría acercarse al modelo de sujeto histórico, mas aun si hablamos de una sociedad(o sociedades) feudal. Quizás los moros. O los árboles. No parecían mala gente. Un poco hippies, por el rollo natural. Interesante en cualquier caso como política experimental, construir socialismo saltándonos el paso de la revolución burguesa y con un ojo fijo en la naturaleza.
El personaje de Mr. Smith, un burócrata subido de tono, tiene mucha menos chicha que Elrond, aunque sea más vistoso.

Yo en realidad de lo que quería hablar era de Tucídides (en la foto), la guerra del Peloponeso y la realpolitik, ese rollito, pero se ve que me ido por peteneras, para variar.