domingo, 6 de noviembre de 2011

Rayco Ancor



Este tipo con cara bobilín se llama Rayco Ancor y acaba de publicar su primera novela. Pero antes de hablar de ella, aclarémoslo todo.

Rayco Ancor es el pseudónimo que utilizo desde hace unos años para escribir historias de ficción. Lo que escribo no tiene demasiada relación con lo que pinto y en cualquier caso me gustaría que ambas dedicaciones fuesen paralelas, cada una con su desarrollo particular, sin más misterios.

He escrito ficción desde pequeño. Lamentablemente no conservo una bonita historia de contrabando de langostinos que compuse en la más tierna infancia, de título "¡Adiós Pepito, mi niño!", ni un épico poema romance en donde caracterizaba a los amigos de mis padres como contendientes en una batalla entre moros y cristianos, o el relato de un detective que acaba por accidente embarcado hacia Corea en un pesquero, piezas todas ellas que murieron con el disco de tres y medio. Cuando volví a retomar la escritura fue ya para hacerlo a cuatro manos. Mi amigo Efrén y yo, en el instituto, creamos un autor ficticio llamado Dase Antávide Otayser, que parió dos obras: "Crónica de mis años bestiale" una suerte de remembranza alucinada de los tiempos del instituto y, más tarde, "Maxima Moralia (Así habló Manpower)", un decálogo de consejos morales orientado a los jóvenes. 

La producción de Otayser era bien particular y se apoyaba en un mundo propio a veces demasiado oscuro y personal. Sus maneras eran, por una parte, didácticas, enciclopédicas, iluministas, y por otra aberrantes, excesivas, insultantes y descuidadas. Sus referentes; el Apollinaire de "Las once mil vergas",  el King Africa de "La bomba", el Nietzsche que mira al horizonte con el sable en la mano, vestido de uniforme prusiano, el primerísimo Félix de Azúa que duerme con una rata o los Caballeros de Zodiaco en la campaña del Santuario. Bukowski no. 

"Maxima Moralia", terminado en el 2004, contiene un capítulo del que brota Rayco Ancor. Se llama "De la Poesía" y me parece un texto brillante, que no envejece sino que rejuvenece con el tiempo. Habla de la situación general del arte lírico entre la juventud. Allí, en una nota a pie de página, Otayser parece estar poseído y de repente habla con otra voz: nace la voz ancoriana.

Poco más tarde, ya solo, comencé a escribir relatos de tres o cuatro páginas con aquel tono que se hizo tan fértil. Recopilé sesenta cuentos, los mandé a una editorial y ésta publicó el año pasado mi primer libro. "Lo que hay y otros cuentos" Ediciones Idea. 2010. Un fracaso de ventas considerable pero un fastuoso éxito de la crítica entre mis amigos.

Sobre este libro hay un buen artículo de PSJM que cuenta mejor que yo de qué va el rollo. 

En un inicio me pareció jugoso mantener el anonimato y hacer creer que Rayco Ancor era real, pero hace muy poco he decidido acabar con el misterio, básicamente por hastío general y porque me empieza a molestar la confusión esquizofrénica de las autorías.

En un momento, la inocente ilusión de que Rayco Ancor fuese un autor demandado por las masas y anónimo, del que los mataos robasen libros en las librerías, me sedujo, pero alcanzar ese status suponía, para empezar, un compromiso profesional que no estoy por lo pronto dispuesto a llevar adelante. Además, que un autor misterioso sea leído masivamente en Canarias se las trae. Difícil es ya que la gente lea un poquito. No, no. Yo soy pintor profesional y me debo deshacer buscando contactos, promocionándome, autobombándome, "acudiendo a saraos y cuchipandas para poder llenar el caldero de garbanzos" como dijo el otro. Así que este es mi hobby. Aunque, ¿es un hobby escribir novelas de seiscientas páginas? 

Hoy estamos de celebración.



Aquí está mi primera novela ¡Risa! Me ha llevado años terminarla. Ha sido cosa seria. Desmarcándose un poquitito de "Lo que hay y otros cuentos" (no se centra en historias de gamberros, aunque alguno haya por ahí) en ella sobresale de entre las muy distintas voces la de su protagonista Jose, una "persona normal", un bobilín pero con buen fondo, que se esfuerza por ser mejor. "¡Risa!" es, de algún modo, una Bildungsroman o novela de formación, un viaje largo por medio de la bobería y la banalidad hacia otro tipo de vida algo más consciente. Sé que, por diversos motivos, todos ellos muy obvios, no será demasiado leída y me apena. Pero también me da un poco igual. Yo estoy orgulloso de ella, se lea o no, sea buena o no.

El libraco vale un dinerito (17€) porque es enorme (649 pags.) y solo se vende online, mediante el famoso portal de autoedición Lulu. Yo veo 20 céntimos de cada ejemplar, con los que pretendo montar un imperio inmobiliario. Aun no tengo ISBN por si suena la flauta de una editorial y autoeditarse es caro. El portal ofrece una prueba de lectura en donde pone "vista previa" que se ve en baja calidad, en contra de la apariencia real del tomo, ya en mis manos, que ha quedado bien hermoso. ¡Regálensela a sus amigos comedores de prosa! ¡Denle mucho a los "me gusta" en la página! Eso sí, no me pidan el archivo. ¿Por qué? Porque es absoluta y completamente imposible terminársela en la pantalla del ordenador. Colgaré,  eso sí, una versión para Ebook a menos de un euro. 

Espero que los generosos e insensatos espíritus que compren "¡Risa" la disfruten tanto o más de lo que lo he hecho yo escribiéndola, aunque eso va a ser difícil.


miércoles, 2 de noviembre de 2011