viernes, 15 de enero de 2010

Deseo





“Justificación (J. Saville rumbo al fracaso) es un cuadro que muestra un retrato de cuerpo entero de mi novia, que está muy buena, con poca ropa sobre un sofá. Directo. Deseante. Sin ironía. 

Conforme el cuadro avanzaba, el deseo se despersonalizaba y se hacía público, restándole a la obra algo de su carácter intimo. Pero de entrada sabía que eso no iba a ser suficiente. La simple positividad acrítica y reconstructiva del cuerpo seguía pidiendo una justificación, más allá de las genealogías históricas o semejanzas tipológicas (majas, venuses, olympias, etc).

Esta justificación, ya prefigurada antes de iniciar la pintura, se iba a resolver con un proceso de creación, destrucción semicontrolada de la capa final de pintura y reconstrucción de las partes dañadas con la técnica restauradora del “rigattino”.

Este código de restauración permite que reconozcamos las partes pintadas nuevas respecto de las originales, mediante una descomposición del color que camufla  las interrupciones y desperfectos de la superficie. Con este protocolo  pretendía justificar una operación estética difícil de validar; un simple retrato deseante, en positivo y sin fragmentaciones.     



20 comentarios:

rigattino dijo...

Hola Jose... para los que te leemos desde el anonimato... explícate mejor oñe! que este post parece súper interesante pero le has sacado poco jugo. ¿Se puede ver el cuadro entero? ¿Se puede ver lo que haces con el rigattino mejor? ¿Tiene algo que ver la inversión temporal en todo eso? El rigattino no es precisamente rápido de hacer.

Gracias

José Otero dijo...

La obra completa se puede ver en mi web. www.joseotero.com

La imagen que aparece en el blog, ese recuadro, es la parte que destruí para recomponer con rigattino, cosa que al final no he hecho ni haré porque creo que ya es suficientemente elocuente y mas que nada anecdótica.

Anecdótica en relación con el resto de la obra, pero importante como operación conceptual. Esa es la "Justificación". Justifico con esa intervención de reconstrucción la pertinencia del retrato deseante.

La cuestión de fondo, la pregunta irresuelta, es saber si hoy en día podemos pintar un cuadro de este tipo que se encaje en los discursos del arte contemporáneo desde alguna óptica, que tenga una necesidad más allá de la esfera privada del pintor y sus privados objetos de deseo, sea ya una novia buenorra o cualquier otra cosa reservada que se hace pública, que se expone.

Esta es una obra acrítica, en positivo, aunque no del todo amable y con cierta dureza (creo).

En el subtítulo (J. Saville rumbo al fracaso) hago mención a dos artistas- a tres para ser mas exactos.

Jenny Saville: Ejemplo de representación del cuerpo al uso, multifacetado, distorsionado, torturado, desmembrado, en la tradición de Bacon (Francis) y Freud (Lucian).

Bruce Nauman: Tiene una obra llamada "Henry Moore rumbo al fracaso" (Henry Moore bound to fail) en la que muestra su imposibilidad de trabajar desde los discursos tradicionales, en especial desde la escultura.

Yo planteo una posible reconstrucción del cuerpo y del discurso en positivo. Por la vía Bacon, Freud y Saville me siento "atado al fracaso". Que lo haya conseguido es otra historia, pero por ahí van los tiros de lo que me interesa.

palanca dijo...

Me parece que le buscas los tres pies al gato y quieres hacer un retruécano de algo bien simple. Preguntas "si hoy en día podemos pintar un cuadro de este tipo que se encaje en los discursos del arte contemporáneo desde alguna óptica, que tenga una necesidad más allá de la esfera privada del pintor y sus privados objetos de deseo" y la respuesta evidente es que hoy en día cualquier cosa puede encajar en los discursos del arte contemporáneo, porque estos discursos lo admiten absolutamente todo: basta con que a ti te de la gana de pintarlo y alguien te lo quiera comprar, ¿no? Eso es lo que has hecho, como cuando pintaste el Bentayga. Ves algo, te apetece pintarlo y lo pintas. No hay nada más allá de "la esfera privada del pintor y sus privados objetos de deseo". Pura estética: elección del motivo y realización. ¿Elegiste un buen motivo? ¿Está bien compuesto/escenificado? ¿Lo realizaste bien? O lo que es casi lo mismo: ¿Te quedó bonito? Pues ya está. Luego si quieres le pones un título enigmático como contrapeso y ya tienes el componente "conceptual" imprescindible para camelarte a los esnobs que pudieran rechazarte por "obvio". Por otra parte, seguro que habrá alguien que lo encaje en algún discurso. Y si no, tampoco pasa nada. Al fin y al cabo es sólo un cuadro. Lo peor es "ir de crítico" cuando no hay crítica por ningún lado, como algún que otro miembro de la Escuela Lagunera, que pinta hoteles, los vende en hoteles y habla de la redención del ser humano. Por cierto que muchos de sus cuadros, como cuadros, me gustan bastante.
Lo del "rigattino", por desgracia, no queda nada claro, al menos en la foto, pero no era una mala ocurrencia, aunque no "justificara" nada. ¿De verdad piensas que hay algo que justificar en este cuadro?

José Otero dijo...

Querida Palanca:

Si piensas que en el arte todo vale, apaga y vámonos. Yo pienso que hay discursos mejor orientados que otros independientemente de la venta. Desde unos mínimos ( obra y algo de público) ya se pueden generar debates sobre la pertinencia: En mesas redondas de 200 personas, en un cafetín con dos fulan@s o, sin ir mas lejos, acá. Sucede el arte.

La polémica a la que te aferras como germén de la autorización general y sobre la que has escrito en tu blog es interminable y parece que no hay muchas salidas desde la filosofía, en la cual soy un diletante. A mi me la come un pelín, pero podemos entrarle al trapo si quieres, con los de siempre, Dickie, Danto, Burger, Adorno, la justificación institucional, etc. Nos saldremos por fuera del marco de esta entrada, pero si te gusta, mándale. La filosofía, como estudio de los fines últimos, jamás ha sido capaz de circunscribir y sistematizar con el rigor que ha aplicado a otras disciplinas, las prácticas y productos artísticos, una dificultad que los grandes filosofones se han dejado para el final de sus vidas. Pienso que sin fines últimos sobre la mesa, también se puede hablar con criterio. Desde luego este blog no pretende alcanzar nada último, aunque tampoco espero que resulte extremadamente banal.

Un Rothko bueno, ahora y aquí, es mejor que un Pepe Dámaso bueno. Lo puedo justificar más allá del mercado y mas allá de esa „pura estética“ vaporosa y abstracta, esa apetencia, gana de pintar, que sorprendentemente te parece el fin último de la creación.

En que mi obra sea un retruecano o tres pies de gato, te doy toda la razón. El margen de acción (más bien, de representación) de las artes hoy en día se basa en conceder importancia a las ligeras variaciones, (dentro del propio cuadro, en relación con otros cuadros y en relación con el todo social y su desarrollo fuera y dentro del mercado) muchas veces casi imperceptibles. Esto no es mi gusto personal o mi forma de trabajar. Esto es lo que hay. El arte (plástico) de hoy es así, desde hace tiempo. Mis disculpas si no te gusta. A mi tampoco me gusta mucho. Pero esas variaciones, esos creer en un Espiritu Santo de las Tres Piernas, al menos a mí me llevan la vida como artista, en serio, y creo que generan una manera de pensar y ejecutar (aún hoy) que no existiria de otro modo, que no se da de ninguna otra manera( la bendita autonomía... ?). Esto no convendría perderlo porque nos abismaría aun más en la barbarie. Si los resultados te parecen bobos, te animo a que cojas los pinceles o la camara, y los reformules, a ver qué te sale.

José Otero dijo...

Al tema del post: Si se investiga un poco la representación del cuerpo humano en el arte de los últimos treinta o cuarenta años veremos que la lógica dominante es la de la desmembración y la multifacetación, tal y como percibimos culturalmente, es decir, tal y como es nuestra mirada moderna por múltiples factores. Yo procuro, sinceramente, con muchísima humildad, hacer una reconstrucción. Juraíto que actúo con gran cautela, aunque te parezca quizás muy snob, muy de intelectual de pose o „para vender“. ¿Que es un error? ¿Que es una salida de olla asombrosa, una sobrelectura abismal? ¿Un mal ensayo? ¿Un cuadro fallido? Es probable. Eso no anula el problema, el enunciado, que se mantiene ahí, potente, para que lo resuelva yo (en arte, es preferible errar que dar en la diana)u otro que sepa más: la posibilidad de plantear una reconstrucción del cuerpo desde una perspectiva histórica concreta, hoy, teniendo en cuenta los referentes más directos.

Esa reconstrucción, nuevamente si se es humilde, se debe justificar para que se entienda, engarzándola en un contexto porque, de algún modo, esta estética (acrítica, positiva, deseante) está fuera del panorama contemporáneo tal y como yo la previsualizo, o al menos en los artistas que conozco, muy particularmente en la pintura. Hasta donde llego, la institución, fuera de este blog, no sabe nada al respecto. A ver si se enteran, porque creo que es importante, y hay otras circulando que son una puta mierda.

El rollito del rigattino (que no he hecho, por algo será) es la justificación, la bobería, el retruécano, los pies de gato, que está casi al margen de la obra, como he dicho, pero que es significante (era demasiado retruecano, por eso no lo hice).

Y aquí está toda la pesca, colega, la chicha, el asunto. Te preguntarás: ¿por qué coño no pintas a tu novia, sin mierdas? Pues porque, si no hubiese retruecano, no pintaría. Si me gusta mi novia, no la pinto como a la reina del diván en lencería, menuda horterada. Me acuesto con ella y se acabó.

Respecto al Bentayga, creo que no lo pillaste, quizás por ser yo muy jeroglifico: Micropolítica. Cortaron los arboles. Polemica en el pueblo. Expongo el cuadro en Tejeda (no pude, la sala está cerrada). Casi la mitad del cuadro es un arbol de los que cortaron. La gente lo ve, alcaldesa y oposición incluidos. Hablan del arbol, etc. Si no, no lo pintaría. Menuda horterada, un Bentayga.

Y por cierto, hasta donde llego, Ubay no ha hablado nunca de la redención del ser humano. Si quieres polemizar sobre terceras personas cercanas y accesibles (y esto que se lo aplique todo el mundo), por favor, directamente en: www.ubaymurillo.com que estoy hasta las mismisimas pelotas de limpiar baba ajena.

Besos

Animense el resto!

palanca dijo...

cuando tú no estás hablando de ellos, tus cuadros siguen existiendo. cuando la palmes, tus cuadros seguirán existiendo. son objetos, y como tales, en cierto modo, están un poco fuera de tu control. además, los vendes, y el que los compra tiene sus razones para hacerlo y dudo que sean las mismas que las tuyas al pintar. yo intento pensar el arte plástico primeramente al margen de discursos, el cuadro como objeto plástico que es, visual, capaz de inducir una experiencia determinada. también, como sabes, puede narrar, puede hacer pensar en esto o lo otro, en fin, toda una serie de funciones colaterales. pero lo específico es sensorial,visual, eso es de perogrullo. una buena obra de arte es básicamente una coincidencia adecuada entre idea y forma, esto es un discurso viejo pero creo que válido aún. conocer la historia del arte está muy bien, pero no creo que sea la obligación primera de quien se posiciona ante un cuadro.
a mí no me parece bobo lo que pintas, más bien es como si a ti sí te lo pareciera y trataras de "justificarlo" con un discurso que no se termina de entender, eso es lo que critico. No veo hortera que pintes a tu novia como lo has hecho. lo del Bentayga un poco sí, pero por razones obvias, arte santana, etc. aun así, quitando tu argumento del arbol talado, podría admitir que pintaras el Bentayga si pudieras zafarte de la imagen mil veces repetida de la montaña que la neutraliza ya como un icono gastado. a mí me puede gustar más o menos un cuadro y eso dependerá de múltiples factores. ahora bien, lo de la pertinencia o impertinencia de un arte "positivo" a día de hoy es como hablar del sexo de los ángeles. en el blog hablé de la "multiplicidad de propuestas" contemporáneas. la diversidad de estilos que desfilan en cada edición del premio turner, desde la figuración a la instalación al arte conceptual y a la lámina de pan de oro así lo atestigua. lo que yo o tú opinemos es otro asunto: la institución puede validar cualquier cosa hoy en día, porque la institución son una serie de tipos, presuntos expertos, de carne y hueso, con sus paranoias particulares. en tiempos de rothko la cosa estaba más clara, ciertamente, porque la historia del arte se seguía percibiendo de manera lineal y cada hallazgo suponía "un paso más" en la evolución histórica de los estilos y respondía, presuntamente, a necesidades internas del arte, de la forma, del material. ahora ya no hay adelante o atrás. a eso llamamos posmodernidad.

palanca dijo...

pero bueno, a ti lo que te interesa es la "reconstrucción", lo "positivo", o si prefieres, "la belleza", frente a la estética negativa de las vanguardias. no sé qué decirte. yo soy incapaz de estar todo el día escuchando música atonal. un poco está bien, pero no me va el rollito del sufrimiento y la angustia y eso. principalmente porque me parece que hoy día resulta impostado, falso, como resultaba falso el sentimentalismo burgués del romanticismo tardío. tus cuadros son contemporáneos porque los pintas tú, que estás vivo hoy día, y los motivos los extraes de tu vida contemporánea. no sé si se puede avanzar teóricamente mucho más allá, como no veo que haya ningún problema en pintar lo que pintas, de ahí que no creo en la justificación que te empeñas en formular, dándole incluso ese nombre al cuadro. me interesa el resultado plástico desde un punto de vista poético, entendiendo este adjetivo como "conformador de realidad". la experiencia del arte es siempre una experiencia íntima, esa es la característica del arte producido a partir del periodo burgués. toda la estética moderna está construida en torno a este supuesto y yo no veo mayor problema al respecto. otra cosa es hablar de historia del arte, de consensos por parte de los expertos, etc. pero, insisto, es otra cosa.
para definir la pertinencia o impertinencia de una obra, tendrás que definir con claridad tu propio criterio de lo válido o lo inválido desde el punto de vista de las formas que manejas en diálogo con el mundo en que vives. aquí nadie podrá decirte, honestamente, más que "me gusta" o "no me gusta", creo yo, porque cada uno está en su parra. ni tampoco habrá nadie que te diga: "no puedes pintar eso". otra cosa es la verborrea vacía del que quiere dárselas y suelta sus teorías por aquí y por allá, seguro de que nadie va a entender nada y tampoco va a importar, pero el charlatán se cae por su propio peso.
yo te recomiendo que no des nada por sentado ni por sabido y todos nos entenderemos mejor. si quieres hacer teoría, tu obligación (hoy día, con tanto discurso y seudo discurso como abunda) es ser meridianamente claro, y eso te obliga a aclararte tú mismo y expresarte con claridad. no se trata de filosofía ni de fines últimos. se trata más bien de facilitar la comunicación acerca de un tema como otro cualquiera, sin vaguedad. intenta ser claro, verás lo jodido que es.
te preocupas por el lugar de tu obra en relación con otras obras contemporáneas y de la historia del arte. me parece bien, es tu profesión y son tus problemas teóricos y tus motivaciones para pintar. sólo te digo que la obra, cuando la acabas y la expones, se convierte en otra cosa, y su sentido se multiplica y se te va de las manos. lo mismo un cuadro que una novela que una fantasía para oboe y pandereta. el autor llega hasta cierto punto con su explicación. después ya la come y cada cual se forma su película.
por lo de u. murillo, lo de la "redención" era una forma de hablar, no del todo alejada de la realidad si pensamos en sus citas de kafka y de benjamin, autores efectivamente preocupados por la "redención". en cualquier caso no era polémica, era un ejemplo como otro cualquiera, para entendernos acerca del tema de la crítica disociada.

José Otero dijo...

La impresión general que uno se lleva al leer lo que escribes, bastante deslabazado respecto a los estándares que exiges, es precisamente eso, que „no hay nivel“ que no se está reflexionando a muerte. ¿Quien no está reflexionando? ¿Yo? ¿O „la gente por ahí“, los artistas en general, que son superchachis con su boina y su americana? Quizás es solo mi impresión.

Creo que manejas una serie de ideas a caballo entre el desconocimiento y las posturas nihilistas más consoladoras. Despachando, como se dice.

TODA la pelea es avanzar un pasito palante María, con el noble arte del retruécano, más allá de los motivos que extraigo de la vida cotidiana. Si no, podría pintar asuntos al azar (como pronto haré, una serie nomás, para hablar de eso). Ese pasito genera poética y como bien dices „conforma realidad“. En mi caso particular, con mi trabajo viejón en relación a otras producciones contemporáneas más claras (impera lo claro), los resultados de esa trayectoria se comenzarán a ver mejor con años. No llevo más de siete en ello. Es poco. No queda mucho tiempo.

A mi la intimidad me parece respetabilísima, pero es lo mismo que hacerse pajas a follar. Yo prefiero follar, no unicamente con los expertos (que según tu imaginería se me parecen todos a los cretinos del documental sobre la burbuja). Las obras me piden respuestas, me exigen justificarlas, sacarlas de ese continuum nihilista y sinsentido en la que las situas („si te gustan“ como dices) me piden interrogarlas, hablar de ellas, contrastarlas, ponerlas a caldo, con palabras. Es lo más interesante. Mirar con los ojos (retina) está sobrevalorado. Hay que mirar con la cabeza.

Mirar con la cabeza es toda una tradición discursiva que precisamente se suele escamotear de las vías más recurrentes del análisis filosófico, como ya dije, y que se manifiesta de forma muy híbrida en miles de documentos. La filosofía es solo una parte infima del pensamiento. Leer sobre las artes desespera bastante porque los asuntos parecen inasibles, demasiado privados para aglutinar público, demasiado sensibles y subjetivos para crear regla. La naturaleza del arte moderno es más amiga del disenso que del consenso. Pero volver una y otra vez sobre ello es delicioso y necesario. Leo ahora mismo „Cartas a Theo“ de Mr. Gogh. Filosofía poca. Chicha por un tubo. No dirás que estaba „dándoselas“. Ya se que hay muchos cretinos que se la dan, cita que te cita, tal y cual, no vuelvas con eso porque lo hemos dejado atrás aquí, creo.

Y por Dios, no me digas que •“debo intentar aclararme“ porque si no te conociera me parecería una falta de respeto, ni me digas que ya „veré cuan jodido es“. Estoy constantemente viéndolo y confrontándolo. Es jodido, sí. Tengo que estar perdiendo la mañana escribiendo aquí, con todo lo que tengo que hacer (bueno, no la pierdo porque me gusta esta discusión) Este blog parte como prótesis de esa necesidad. Es como decirle a un marinero que montarse la primera vez en un barco marea. Disculpeme la inmodestia, pero yo soy marinero.

No se si con eso quieres decir que las entradas en las que hago disección de mis obras son muy cortas, que debería explicarme más a lo largo. Es cierto. Falta de tiempo. Perdóneseme nuevamente pero podría escribir cientos de página respecto a algunas de ellas, esas de título rimbombante y misterioso para engañar a los burgueses. Reto a cualquiera a que me examine. Le responderé con justificaciones mas allá de „mi gusto“

José Otero dijo...

Lo valido y lo inválido se pueden aplicar si se conoce el contexto. Obvio. Creo que conozco bien el mío y que las ideas que trabajo tienen padre y madre, unos progenitores a los que tengo siempre que dar cuenta y honrar, siempre justificar, es lo más excitante, lo mejor, lo más arriesgado. No es miedito de justificar lo que quiero pintar reprimido pero no me atrevo, como si yo quisiese pintar cosas porque sí, porque me gustan los colores tan bonitos. A mi lo que me gusta es estar echao en la playa, comer, dormir la siesta, emborracharme, acostarme con mi novia, etc.

Lo de cada uno en su parra... pues bueno, mira, no. Basta un cursito de arte para ver que hay discursos y la gente se entiende en ellos, mas o menos, dependiendo de las coordenadas en las que se genere el debate.

Efectivamente, hay temas que no se pueden pintar. Esto quiere decir que hay líneas de representación que no generan ninguna dialectica, ningún movimiento que de pie a otro, que no den bola, en determinado lugar. En MI contexto, un desnudo convencional (como hay cientos de miles, más choteado que los bentaygas, que solo hay una microtradición local en Gran Canaria) no tiene ninguna razón de ser. Con los retruecanos, sí. El retruécano permite observar esas obras desde atrás, las saca de su habitual recorrido esclerótico y la inserta en un discurso más global, despersonalizado y compartible. No es darle valor a la experiencia sensible y libidinosa que debe ser pintarle una teta a una mujer que nos gusta, placer que sale en las peliculas de los que jamás han agarrado un pincel y que nunca he sentido. En esta obra particular no he llegado muy lejos, no me he quedado muy contento. Me molesta que el retruécano quede tan poco integrado. Pero eso es otra historia, la historia de la que realmente me gustaría hablar. Este discurseo general no está mal, pero es el mismo desde hace muchos años y yo ya me considero en nivel 2, mas chulo que un ocho.

Al tema: El discurso de la „positividad“ podríamos llamarlo discurso transitivo, que queda más riguroso. Nada que ver en principio con la belleza o la complacencia. ¿Sexo de los angeles? Puede ser. Yo seguiré en ello, para eso estamos. Quizás en 20 años se pueda ver algo más sólido. Es dificil. Lo fácil, encaje de ganchillo. Debe dar mucho gusto hacer encaje de ganchillo, que era lo que más le molaba a Greenberg, según dicen. Dices que lo específico del arte es la experiencia visual y que el resto es colateral. Para mí el punto es EXACTAMENTE el espacio de transferencia entre lo visual y lo cognitivo, ni una cosa ni la otra. Haces símiles de juicio con la música, para mí algo en las antípodas estéticas respecto a las artes visuales.

Particularmente veo que muchos discursos críticos han llegado a un saco sin fondo y muy en especial en la pintura, en donde todo está choteado, empezando por la propia disciplina. La orientación bajo mi punto de vista es esa: „conformar la realidad“( pero no cualquiera, la que me guste más porque sea más bonita) y trabajar el deseo, crear imaginería deseante, modélica, a imitar, un arte de la ilustración (con minúscula, que ilustre pensamientos) a retomar, como hace la publicidad, dentro de mis humildes posibilidades, capacidades de producción y contexto. No hay mucho al respecto en el maremagnum de las postvanguardias espectaculares. Felix Gonzalez- Torres( ?). James Turrell (?) Algún Jeff Wall (?)

Y bueno, cuando Rothko ya estaba el patio como está ahora. De hecho la escuela de New York es LA jugada comercial por excelencia del arte contemporáneo, lo que no quita que viendo a Rothko en las condiciones adecuadas se vea el rostro de Dios. Yo lo vi y soy ateo.

palanca dijo...

creo que no has entendido demasiado lo que te he dicho, enfurruñado como si te estuviera insultando o algo, pero bueno. "un pasito palante maría": ¿qué es "adelante"? ¿qué estándares "exijo" yo a nadie? yo no exijo ningún estándar, dios me libre. ni "exijo" nada, ni me gusta lo "estándar". cuando critico, hago una sola crítica, y es global: critico el orden capitalista y sus manifestaciones y sus repercusiones en todos los campos. mi crítica es política, no estética, o estética como consecuencia de la política. la "reflexión" tiene unas normas para que sea válida. la primera: que sea comunicable y clara en sus términos.
por otra parte, no me interesa un arte "hiperintelectual", para eso prefiero un buen ensayo. tú te has empeñado en ser un "artista intelectual" como si no confiaras en tu capacidad pictórica. quizás parte de culpa la tenga el ensayito que te encajó r. salas en tu catálogo, que a mí personalmente no me gusta nada (y no soy el único, te lo aseguro). los metarrelatos están bien un ratito. a mí me gustan tus cuadros como cuadros, como pintura, unos más que otros, claro está, y no te sabría decir exactamente por qué. por múltiples motivos, creo. lo que sé es que al mirarlos no pienso en la historia de la pintura ni en la sociedad del espectáculo.

¿quieres reflexión? ok. yo te pido claridad cuando escribes, que no des por sabido nada, porque tú habrás leido esto y lo otro y yo habré leido aquello y aquel otro habrá leido lo de más allá y si no nos ponemos de acuerdo con los TÉRMIN0S que empleamos todo aparece borroso, generalista, vago.
un ejemplo:
"Lo valido y lo inválido se pueden aplicar si se conoce el contexto. Obvio. Creo que conozco bien el mío y que las ideas que trabajo tienen padre y madre, unos progenitores a los que tengo siempre que dar cuenta y honrar, siempre justificar, es lo más excitante, lo mejor, lo más arriesgado".
Pues muy bien, hazlo. ¿Cuál es el contexto? ¿Cuáles son las ideas con padre y madre? Yo no lo sé, y lo obvio no lo veo por ningún lado. Es a esta manera de escribir "callando", escatimando palabras, a lo que me refiero. es como si dijeras: "ya sabes a lo que me refiero" constantemente. Y no, no sé a qué te refieres, sorry.

José Otero dijo...

Critica del orden capitalista en todos los campos. Te pegas un salto mortal fuera de la red. Luego me hablas del sexo de los angeles. Si esa crítica al capital te lleva a la negación completa de cualquier producto que en él nazca, me parece perfecto, pelín iconoclasta, a lo mejor. Lo único es que no entiendo que haces aquí.

Mira, esto es un post sobre la reconstrucción del cuerpo humano en la pintura contemporánea, una cosa bastante concretita, la noche temática, y lo he repetido desde el inicio. El contexto de la entrada: Abuelo: Bacon. Madre: Jenny Saville. Padre: Bruce Nauman. Amigo del padre: Henry Moore. Feto: Cuadro de José con sus retruécanos haciendo referencia a toda esa peña. Ese es el contexto. Yo creo que no hacen falta muchos conocimientos técnicos, si se conocen las obras y un poco el panorama actual de la representación del cuerpo. Hay toneladas de materiales en cualquier caso.

¿Que qué quiero? He presentado la obra y me gustaría que alguien me diese su opinión al respecto, sin darle vueltas a tooooda la justificación global del arte en el capitalismo, como hemos hecho (como siempre...) y que quizás alguien me dijese, mírate a este tío, léete este texto, metete en esta página porque ahí están hablando de lo que has escrito en el post y sobre lo que has pintado

Pero sigamos con la matraca anterior, porque las bases cada vez me shockan más:

Lo del artista intelectual me hace bastante gracia. Es un gran topicazo vanguardero que nace de la separación radical entre idea y forma. Se emplea mucho a nivel mediático e institucional (museistico); conceptuales y pintores. Si te leo bien, veo que eres muy formalista. Vale. Yo creo que no es momento de formalismos, uno de los palos estéticos mejor mimados por el capitalismo, pero bueno, no se por qué me prestas tanta atención como pintor y no le echas el ojo a las legiones de formalistas fabulosos que hay por ahí, que en ese sentido me dan ochocientas mil vueltas. A mí, el modelo de artista que planteas en tu blog me resulta tremendamente antipático y casposo (para los que no estén enterados www.culturaxxxsociedad.blogspot.com). Tuve profes de esos a punta pala. Sobre el arte, ni una palabra. Habían unos en Madrid con unos bigotes rizados que eran acojonantes, que me obligaban a que sintiese la pintura, pero sin decir ni pensar nada. Paradojas del ser.

José Otero dijo...

Yo me considero más bien torpón, insistente y de retranca pensativa. Me tomo como cumplido eso de que pinto bien, porque significa que los esfuerzos descomunales que hago han tenido cierta recompensa.No me empeño en ser así, sinceramente, me sale...la culpa de que me empeñe en eso es desde que me escribió Ramon Salas en el catálogo. Puff. Brutal. En fin. No sé qué decirte. Que estás muy despistado (o que yo te cuento poco de lo que me ronda en los sesos ). En primero de carrera muchos compañeritos decían eso, que Ramón Salas pervertía a los artistas de verdad (los que modelaban palomas en clase de escultura), con su movida conceptual, super sospechosa, de pensar y tal, megaloca. Ya me explicarás (en otra ocasión)por qué no les gustó el texto a ti y a Dani.

Son contadisimos los artistas que no han escrito, que no han dejado una reflexión sobre lo que hacen, su proyecto, no como apósito, sino como parte sustancial y dinámica. Es parte fundamental del proceso creativo, no una impostura. Sin eso, las obras directamente no nacen y no comprenderlo es perderselo casi todo en el arte. Yo te recomendaría que cuando leas las cosas que escriben los artistas no lo hicieses como el que lee un ensayo, me repito, sino como parte de la obra y te puedo asegurar que hay mucha chicha y mucho en qué pensar si se saben canalizar esos escritos, viajes de ida y vuelta entre obra y pensamiento. Hay gente que lee más y cita más, porque maneja algún material. Otra que no lee tanto, y que cita menos. En principio, citar no es pecado. Las imposturas y los charlatanes van aparte. Se caen por su propio peso, cierto.

En fin, para concluir, que me he pasado mas horas de las que debo con esto: Me asombra ese veto que tenemos de escribir (¡y de pensar en las obras!) y me sorprende mucho que gente inteligente continúe dandole bola a estas ideas atascadas y ridículas por mor de una imagen de artista que en rigor nunca existió y me rebelo ante ello.

Digan algo el resto, pandilla de maricones

adrián alemán dijo...

Oye mientras dialogan ¿cual es exactamente el cuadro de la mazizorra? Creo que fue la promesa de un desnudo directo, deseante y sin ironía la que despertó mi interés intelectual vía libido. Pero me he dado una vuelta por la web y no he acertado a encontrarlo.

José Otero dijo...

Hola Adrián. La loba sí está en la web. Lo que quizás te confundió es que no esté en pelotas. "Justificación" Sexta imagen en 2007 2009. ¿Dije desnudo? Puede ser, entre todo lo que he dicho. Ligera de ropa, nomás.

Intelectual dijo...

Vos no podés entender porque no sos intelectual.

José Otero dijo...

Yo, a eso de ser intelectual, no le veo más que ventajas.

adrián alemán dijo...

Sabes quien es el argentino ¿no? Un intelectual de crucigramas emboscado al que a veces le puede la notoriedad.

Ya localice la obra. Esto de que se filtre el deseo entre tanta berza es cuando menos saludable. Siempre me ha interesado esa genealogía Freud, Lacan, Deleuce y sus constantes citas verticales para reconocerse, negarse y contradecirse generacionalmente sobre ese binomio excluyente representación/deseo.

José Otero dijo...

El argentino émulo de Faulkner (Fulkner) al que no le dejan ser intelectual, y no quiere oler bien o ir en bici, como el resto de sudamericanos.

Freud, Lacan, Deleuze, no me los piloto nada. Empecé con el Antiedipo y lo mandé a freir espárragos, no entiendo nadita ("Vos no sos intelectual" me repetia una dulce voz a cada página) Pero cierto, entre la representación y el deseo existe una constante fricción.

adrián alemán dijo...

Bueno lo que plantea Lacan siguiendo a Freud, así a lo bruto, es que la representación es precisamente eso, un sustituto del deseo, mientras lo articulemos en términos de representación el deseo queda relegado al “ello” (una especie de ruido de fondo que aflora cual papada por donde menos te lo esperas) Si por el contrarios logramos escapar del lenguaje y toda su estructura representacional podríamos estar envueltos en uno de esos agenciamientos maquínicos deseantes por los que Deleuze y Guattari daban la camisa.

Empezar por el antiedipo, así sin anestesia, y sin demasiados sucios secretitos es un tanto duro. Prueba con mil mesetas que son ensayos cortos muy interesantes. También los dos libros imagen tiempo e imagen movimiento son una pasada para recorrer una muy personal visión de la imagen y el cine, y si te va el barroco como a mí la nómina de libracos de Deleuze se expande que no veas.

Saludos,

José Otero dijo...

Gracias. Tengo Mil Mesetas en casa. Le atacaré en algún momento.